Las fotografías inéditas de Nils Bongue, sobre la tragedia más grave de américa latina por causas no naturales.

El señor Nils Bongue estaba sentado en primera fila, junto a su esposa, en el solar del Centro de Memoria Étnico y Cultural de Cali.  Elegante, de ascendencia sueca, nacido en Argentina y residente en Cali desde 1954, esperaba pacientemente la programación del evento.

En el amplio solar de la casona del centro histórico de Cali,  las estrellas brillaban con más fuerza, quizás nos miraban desde el infinito las incontables almas que ardieron esa trágica noche. Nos preparábamos para la ceremonia de conmemoración de los sesenta años de la explosión del  7 de agosto. La programación incluía: una exposición de fotografías inéditas del señor Nils Bongue, un audiovisual acerca de la explosión, la presentación en vivo del tango “Lamento caleño”, escrito en 1956 por Nano Molina autor caleño, creado exclusivamente para la tragedia, en género tango criollo.  Y por último, el estreno del cortometraje “Cabaret 56”, ambientado en la explosión.

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El señor Nils hablaba con Chalo Rojas, profesor, pintor y fotógrafo. Con mucho orgullo, Chalo nos presentó al importante personaje de la noche. El señor Nils era un fotógrafo aficionado, que en la época de la gran explosión y tragedia, vivía en el barrio Granada y trabajaba para la compañía Carvajal. Nils había llegado de Chile por el puerto de Buenaventura, invitado por el pintor holandés Jan Bartelsman, para trabajar en Cali en temas culturales y de arte. Por saber hablar muy bien el idioma inglés, fue contratado para manejar temas de representación y venta de productos importados.

Antes de entrar a trabajar en Cali,  por su afición a la fotografía y el deseo de recorrer a Colombia, hizo varios viajes. Estuvo en  San Agustín, donde solo llegaban extranjeros interesados, y desde allí, entre carros, trenes y buques, viajo de Barrancabermeja hasta la costa norte. También  hizo fotografías en Bogotá, Popayán, y claro muchas fotografías de la ciudad de Cali.

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Nils Bongue es un testigo extraordinario de la tragedia del 7 de agosto de 1956. Al día siguiente de la explosión, un amigo de un amigo que era militar, le consiguió entrada al lugar de la tragedia. La zona estaba acordonada por el ejército. A Bongue no le interesó el espectáculo dantesco de  los cuerpos desfigurados y mutilados por la explosión. Con su cámara Rolleiflex, recorrió pacientemente buscando en los objetos la presencia de los desaparecidos, y desde su mirada subjetiva, como viviendo la guerra, nos enseña la estética del caos, de la censura, del silencio, de la violencia natural que arrastran los odios antiguos del poder y la gloria.

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Luego, el momento más maravilloso de la noche: todos los asistentes prendemos velas alrededor del árbol del solar, y desde ese pequeño lugar, enviamos una señal de conciliación y memoria al universo.

Federico Orozco G. Director escuela Eduimagen. Agosto 7 de 2106

Lugar de la exposición: Centro de Memoria Étnico y Cultural de Cali. Carrera 4 # 6-56

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