La serie de fotografías Tiempo líquido tiene su origen en el libro “Tiempos líquidos. Vivir en una época de incertidumbre” del autor Zygmunt Bauman, sociólogo Polaco. Bauman describe cuáles son los atributos de la sociedad capitalista que han permanecido en el tiempo y cuáles las características que han cambiado ante la transitoriedad de paradigmas a nivel mundial: Estamos viviendo el transito de una sociedad «sólida» – estable, repetitiva –  a una «líquida» – flexible, voluble – en la que las estructuras sociales no perduran el tiempo necesario para solidificarse…

Estamos en una época de incertidumbre causada por el abuso del poder, la deficiencia y corrupción de los grandes mandatarios, el debilitamiento de los sistemas de seguridad que protegían al individuo, el cambio climático, la escasez de recursos naturales, la pobreza, los desastres naturales y el caos generalizado que se desata después de  siglos de ignorancia y explotación humana. Esta situación de vulnerabilidad nos obliga a ser más flexibles e inestables. Ante una sociedad guiada por el dinero las relaciones humanas se miden en términos de costo y beneficio —de «liquidez» en el estricto sentido financiero. Y este estado de «liquidez» no conserva una forma determinada, lo que cuenta es el tiempo, su velocidad e inmediatez.

La obra fotográfica  Tiempo Liquido[1] hace este análisis  visible tomando como referente la antropología urbana debido a su influencia en la cotidianidad de nuestras vidas. Imágenes de ciudad conformada por lugares, situaciones y momentos yuxtapuestos que se repiten y se desvanecen en su propia existencia y naturaleza etérea… metáforas adecuadas para comprender en muchos sentidos la dinámica de la sociedad actual y su representación en el arte.

En el proceso de creación de mi obra plástica, integro diferentes técnicas (dibujo, pintura, monotipia, serigrafía, esténcil, fotografía y arte digital). La fotografía me ayuda a capturar formas geométricas a partir de imágenes y elementos que encuentro en el paisaje urbano y en las formas de la naturaleza. Cada imagen es única, sin embargo, hay patrones y estructuras que se repiten creando otras derivaciones y relaciones entre lo particular y el todo. Las formas fractales que observamos en la naturaleza siguen principios de crecimiento y proliferación, ya sea a nivel macroscópico (cósmico) o a nivel microscópico (atómico). Estos patrones repetitivos existen en cada milímetro de nuestro cuerpo. Si observamos con un microscopio estas formas se encuentran desde la composición de una molécula, las células, tejidos, órganos, sistema circulatorio, sistema nervioso, sistema óseo, sistema muscular, en los bronquios de los pulmones, etc. Incluso el cuerpo en su totalidad es fractal (constituido por cabeza, tronco y extremidades). De igual manera, si miramos con atención la naturaleza, estas formas se manifiestan en las ramificaciones de los árboles, en las grietas que se forman en la tierra seca y en la trayectoria de los rayos. Y viendo a gran escala – desde una vista aérea – también se repiten estas formaciones en los caudales de los ríos o las grandes cordilleras de la Tierra. Evidenciando que somos imagen y semejanza de la creación del cosmos.

Personalmente he vivenciado el Arte como un vehículo de sanación que yo consagro  y elaboro en la construcción de imágenes para manifestarme desde la existencia misma. Asumo el Arte como un medio de expresión que me permite conocerme y expresar una visión personal del mundo que habito para así encontrar respuestas a mis indagaciones en relación al ser humano y su entorno. Por lo tanto me interesa el papel del Arte como mediador que hila la gran matriz del cosmos. Esta matriz o tejido cósmico como he querido nombrarla es mi concepción de lo que soy y a que pertenezco al reconocerme como una semilla más del gran tejido que nos une a todos. Reconozco una estructura de un sistema creado por el hombre (teniendo en cuenta su postura patriarcal)  en contraposición e integración permanente con la madre naturaleza y sus  fuerzas vitales. Y entre la naturaleza y el sistema humano se encuentra el Arte como un puente de creación y transformación de su propia historia y el devenir en constante cambio. Considero que la humanidad esta en formación y desarrollo permanente desdibujando su pasado en el presente y dejando huellas de luz visibles grabadas en nuestra memoria.

La luz materializada en la vida esta entre nosotros y el Arte la traduce en imágenes que ayudan al ser humano a transitar por un camino de salud y bienestar a través de una experiencia de vida del ser en devenir. El quehacer artístico trasciende lo individual y objetual para asumirse al servicio del bienestar humano y conectarnos en armonía con la naturaleza y el universo pues todo esta unido al todo. Así como la luz y la sombra hacen parte de una unidad indisoluble que escribe su historia dejando huellas en la memoria gracias a la invención de la fotografía y sus múltiples aplicaciones en el Arte.

Natalia Cajiao

[1] Las fotografías de Tiempo Liquido fueron realizadas con una película fotosensible (cámara análoga) tomando varias fotos en el mismo negativo (exposición múltiple). Su revelado es por proceso químico y la impresión es digital.